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En Halloween serán muchas las calabazas que utilicemos para decorar nuestras casas. ¡No tires los restos porque te mostramos cómo puedes aprovecharlos!
Otoño es la estación de la calabaza que es cuando tiene lugar Halloween, una fiesta, de origen anglosajón que ya se ha instaurado entre nosotros. Especialmente si hay niños en casa, seguro que tallaréis una en estos días para decorarla con sus respectivos ojos, nariz y boca... Y eso implica que hay que vaciarla para quizás meter una luz dentro y ¿has pensado qué hacer con todos los restos? Porque te encontrarás con bastantes trozos de pulpa y, por supuesto, las pipas de la calabaza. ¡Te contamos varias maneras de aprovechar esas sobras de calabaza!
Hay multitud de recetas que se nos vienen a la cabeza para hacer con esa pulpa sobrante. Desde las clásicas cremas, las calabazas o las pastas rellenas, hasta deliciosas salsas como el chutney u otras más cremosas pasando por guarniciones como calabaza frita, asada, en puré... o bebidas como la cada vez más famosa spice pumpkin latte -que es un café con leche de calabaza y distintas especias-.
Nos gustan mucho en aperitivos como los chips vegetales -corta en láminas, echa sal y aceite, hornea 30 minutos a 200ºC y luego condimenta con especias y hierbas- o en patés como el hummus -haz la receta clásica pero ponle un poco de calabaza asada al triturar todo-.
Y otros usos que podemos darle a esos restos de calabaza -ya sea cocida o asada- es usarlos como espesantes en sopas, guisos y salsas.
Capítulo a parte merece la enorme cantidad de preparaciones dulces que podemos hacer con calabaza: bizcochos, tartas, mermeladas, magdalenas, tortitas, flanes, etc, como te mostrábamos hace unos días en ¡Hola! Cocina.
Otra de las partes que podemos aprovechar de la calabaza son las semillas, que simplemente tienes que lavar, secar y aderezar como más te guste -tanto en dulce como en salado- y tostar en el horno unos 20-30 minutos a 180ºC removiéndolas de vez en cuando.
Como ves, seguimos apuntándonos al 'desperdicio cero' y a no tirar nada de lo que se pueda aprovechar. Es una cuestión de sostenibilidad, de ahorro y también de creatividad, además de un recuerdo para nuestras mayores que siempre lo han hecho.