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Piñera no descarta volver a decretar estado de emergencia en medio de temores por violencia en marzo.

El presidente Sebastián Piñera afirmó este domingo que no descarta volver a declarar el estado de emergencia en Chile y sacar a los militares a las calles, si en marzo recrudece la violencia tal como ocurrió el 18 de octubre cuando comenzó la crisis social.


El presidente Sebastián Piñera afirmó este domingo que no descarta volver a declarar el estado de emergencia en Chile y sacar a los militares a las calles, si en marzo recrudece la violencia tal como ocurrió el 18 de octubre cuando comenzó la crisis social.

“Si yo estimara que nuevamente es necesario establecer un estado de emergencia para proteger el orden público, para proteger a mis compatriotas, lo vamos a hacer”, dijo Piñera en una entrevista en el programa Estado Nacional de TVN.

Si bien entre enero y febrero la violencia de las protestas ha disminuido, las autoridades temen que los disturbios recrudezcan en marzo, para cuando ya se han anunciado en redes sociales nuevas manifestaciones a partir de este lunes.

“Si alguien cree que yo tengo un complejo o que no quiero utilizar la fuerza, dentro de la ley y el Estado de derecho, está profundamente equivocado”, aseveró el mandatario.

Asimismo, Piñera defendió a Carabineros ante las acusaciones de violaciones a los derechos humanos durante la crisis social.

“El orden público se tiene que mantener siempre, pero siempre en torno al respeto de los derechos humanos. Algunos de los funcionarios policiales hicieron uso abusivo de la fuerza y todos esos casos están en Fiscalía siendo investigados y van a ser juzgados por los tribunales”.

No obstante, agregó que “cuando uno comete un error, no podemos condenar a la institución entera, por eso, condeno los atropellos a los DD.HH, pero expreso mi gratitud a Carabineros y a la PDI que han tenido cuatro meses de mucha dificultad”.

Con un apoyo popular por los suelos, el mandatario soporta el repudio a su figura con fuertes cánticos y gritos que comenzaron en las protestas y se han extendido a las graderías de partidos de fútbol y eventos musicales como el Festival de Viña del Mar, donde, incluso, le han exigido su renuncia y lo han llamado “asesino”, comparándolo con Augusto Pinochet, bajo cuya dictadura murieron cerca de 3.000 personas.

“Me causa mucho dolor, mucha pena. Me parece que es una acusación muy injusta. Como presidente tengo algo claro que es el respeto a los derechos humanos y a la vida, eso es algo sagrado”, dijo Piñera.

Gobierno “respalda y protege” las “manifestaciones pacíficas”

Más temprano, durante esta jornada el mandatario arribó a Montevideo para participar de la ceremonia de asunción presidencial de Luis Lacalle Pou, en su primera salida al exterior desde que estalló en octubre la crisis social.

En la oportunidad, Piñera conversó con un grupo de periodistas en la capital uruguaya, en donde aseguró que el gobierno de Chile “respalda y protege” las “manifestaciones pacíficas”.

“Todas las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia y por tanto el gobierno no solamente las aprueba: las respalda y las protege”, dijo Piñera.

“Pero hay que distinguir claramente: sí a las manifestaciones pacíficas porque son parte del derecho de todos los ciudadanos, no a la violencia criminal que es la que está destruyendo vidas, sueños, empleos, destruyendo la capacidad de las pymes de ponerse de pie. Terminemos con la violencia en Chile”, agregó.

Piñera había dejado de lado su agenda internacional desde el 18 de octubre, día en que empezaron en Chile manifestaciones motivadas por demandas sociales que el presidente trató de abordar con reformas en materia de salud y pensiones.

Cecilia Morel descartó violación sistemática a los DDHH

Pero además del mandatario, este domingo la Primera Dama, Cecilia Morel, concedió al diario El Mercurio su primera entrevista desde el inicio de la crisis.

La esposa del Presidente había mantenido un bajo perfil luego de filtrarse un audio suyo enviado mediante WhatsApp, que causó revuelo en nuestro país.

Al respecto, Morel detalló que “fue un WhatsApp en un tono de confianza, de intimidad, y obviamente en un momento mío emocional en que estaba muy afectada, muy conmocionada. Lo importante es que ya dije que había sido un desacierto. No le echo la culpa a nadie de su filtración, sino que fue un desacierto mío”.

Consultada además por el repudio a la figura de Piñera, la Primera Dama reconoció que “me duele. Cómo no va a doler. Lo encuentro tremendamente injusto, como si Sebastián fuera el responsable de todo lo que ha pasado en las últimas décadas“.

“Siempre la figura presidencial es como una figura paterna, pero no quiero ignorar un factor político. Hemos visto declaraciones de muchas personas que lo van estigmatizando. Hay una propaganda muy fuerte de sectores cuya fortaleza máxima es el aparato propagandístico, que han instalado contra Carabineros y contra Sebastián, diciendo que ellos son los grandes culpables”, añadió.

En ese sentido, descartó una violación sistemática a los derechos humanos, tal como lo han planteado desde la oposición ante los informes de organismos internacionales.

“La violación de los derechos humanos como política de Estado no existe. No ha habido una violación sistemática. Ahora, en todo grupo hay excepciones en sus comportamientos. Por supuesto que hay algunos que no han cumplido esos protocolos, pero lo importante es que se ha sido transparente”, expresó.

Por otro lado, y ante los temores de una eventual reactivación del estallido social, Morel intentó poner paños fríos, asegurando que “todos parecemos estar fomentando este temor de que marzo va a ser el mes más convulsionado. Puede que lo sea, no lo niego, pero tenemos que parar de seguir diciéndolo porque estamos de alguna manera dándole pie a las personas más violentas a que sigan. Es como una profecía autocumplida”.

Por último, y ante los cuestionamientos que enfrenta el presidente Piñera, incluyendo voces que piden su renuncia, la Primera Dama fue enfática en asegurar que “Sebastián fue elegido por cuatro años y llevamos dos. Por lo tanto le faltan dos años más“.