“Pasa de inmediato a encabezar las fuerzas del progresismo hacia el futuro, que con claridad la ha elegido como líder”, escribió Boric, aludiendo a la unidad que deberá reforzar Jara en la izquierda.
“Jara llegó a los jóvenes y a sectores populares. Y es ahí donde están las mayorías que le permitió ser mucho más competitiva. Creo que tiene que desarrollar más esa capacidad. Podría tener un potencial de crecimiento, incluso, yo me atrevería a decir mucho más relevante que Tohá, porque Tohá era muy de élite todavía y Jannette Jara no lo es“, sostiene Claudio Fuentes, director del Instituto de Investigación y Ciencias Sociales de la Diego Portales.
“Hay varias lecturas que se pueden hacer, varios clivajes que se podrían pensar o varios binomios. Y un binomio bien interesante es ‘la elite versus lo popular’. Otro binomio que claramente no se reprodujo en la votación es ‘Santiago versus regiones’, porque Mulet era el único candidato de regiones contra tres de Santiago y a Mulet la verdad no le fue muy bien. O sea, ni en regiones. Ni siquiera en su propia región, en Atacama”, complementa Roberto Munita, analista político, director de Administración Pública de la Universidad Nacional Andrés Bello.
“El binomio ‘popular versus elite’ al parecer fue muy potente, sobre todo porque Jara logró meter la cuña de que tanto Winter como Tohá pertenecían a una elite”, acota.
El fuego amigo
Según Moreno, la derrota de Tohá pasó por la “dificultad que tuvo el Socialismo Democrático para hacer una campaña en terreno efectiva”. A eso se suman otros errores no forzados, como los comentarios de Óscar Landerretche, quien fustigó a otras figuras dentro del conglomerado y abrió el fuego amigo. Desde entonces, el propio comando de Tohá reenfocó su campaña y destinó sus esfuerzos “a contrarrestar al Partido Comunista”, según una minita difundida por su equipo poco antes de los comicios.
Sobre la debacle del partido del Presidente, relegado a un tercer lugar, el especialista sostuvo que “la caída del Frente Amplio muestra que evidentemente una parte importante de su electorado migró hacia la candidatura de Jeannette Jara”.
“El gran desafío para ella y para el oficialismo es cómo estructurará una propuesta programática, pero también de relato para llegar al electorado de centro que no está muy interesado en la política, que es un electorado despolitizado, desideologizado y que, por lo tanto, se mueve por otras claves y no netamente las políticas”, añade.
“Con la gran cantidad de abstención que hubo hoy día, son fundamentalmente los ciudadanos a los que Jeannette Jara va a tener que ofrecerle una propuesta”, plantea el también director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central de Chile (UCEN).
En esa línea, apunta a que a que “la mitad del padrón son electores obligados, despolitizados y volátiles. Por lo tanto, esa mitad del padrón en la práctica es lo que los candidatos van a tener que ir a buscar. La pregunta es quién va a poder diseñar una mejor oferta para llegar a esos ciudadanos que llamamos hoy día los electores obligados”.
El fantasma del proceso constituyente
De acuerdo a Mayol, lo que ocurrió con Jara es un “fenómeno de acumulación de gran velocidad, donde pasamos en un mes y medio a que Jara tuviera 22 puntos a tener hoy 60 puntos. Eso lo tenemos medido y la proyección que nos daba era que si seguía siendo lineal sacaba los 60 puntos y eso fue lo que ocurrió”.
“A Jara el partido le va a pesar. No sólo por el tema del anticomunismo, sino porque además el partido no está ordenado en torno a ella. Eso le va a significar un problema”, sentencia el sociólogo sobre las posibilidades reales que tiene la ahora candidata oficialista en una segunda vuelta.
Sobre el lugar donde podría encontrar los votos necesarios, el columnista político plantea que “no está fácil”. “Ella evidentemente va a tener que avanzar hacia el centro, pero la vocación del Partido Comunista es distinta y sus votantes quieren escuchar el mismo mensaje que han escuchado más o menos siempre. La capacidad de tolerancia de una migración muy clara hacia el centro es compleja”.
“Lo que tiene que hacer Jara es lograr legitimar una visión muy profundamente arraigada en la izquierda. Y eso no es fácil porque, además, la magnitud de su triunfo es también un problema para ella ¿Por qué? Porque no tiene ‘necesidad’ por decirlo así de negociar con nadie y ese es un escenario que no le ayuda respecto a su propio público. Le podría pasar lo que ocurrió en los dos procesos constituyentes: unos se volvieron locos porque ganaron por con mucha distancia y los otros se volvieron locos por lo mismo. En el fondo, tu base no te deja negociar y ese va a ser un gran problema para Jara”, cierra Mayol.